Enrique Valle Hazverso

Octubre, mes de ánimas en el que recibimos a un Hazverso pluscuamperfecto, Enrique Valle. Según su valedor, el envidiable hombre orquesta que es Enrique Gracia Trinidad, Enrique Valle es poeta de los de antes de la funcionarización de la literatura, vive por la tarde y por la noche, duerme hasta mediodía. Trabaja en algunas cosas de vez en cuando, lo justo para sobrevivir sin más. Motivo entre otros por el cual no utiliza Internet ni tiene correo electrónico. Algo que sólo a los más desorientados sorprenderá más que saber que fue taxista y ni siquiera tiene carnet de conducir…

Os esperamos el próximo martes 29 de octubre en el Café Comercial, como siempre, a las ocho de la tarde.

TODO UN SER HUMANO 

Después de darle a la eternidad
un buen trago
y estar más ronco por dentro
que un perro al despedirse para siempre
a esta hora en que el mundo baila para olvidar
y se barruntan amores de ocasión
en todas las aceras
en todos los parques donde aguante el buen tiempo
en todas las citas de algún día
yo
me como mi pasillo
buscando no sé qué dirección
en el ruido de las piernas al rozarse
voy avanzando como bola de pelusa
derecho a cualquier espejo
aguantando como sea
un vómito impaciente
sabedor de todos los cuadros y distorsiones
que hay en cada camino en mi camino
y cuando al fin llego al vertedero
no sé si mirarme antes
o ser natural y asumir las borracheras
o decirme que no piense tanto
que ya está bien de hacerme el crudo

Pero es inútil

Enseguida me viene al pelo

la bronca de acordarme dónde me plantaron
la clase de purgatorio que son
los hombres y los hombres y los hombres
y todos los demás hombres
cuando aman y matan y ríen y se pierden y se
            apiadan y se odian y son tan importantes
            y son tan tontos y son tan dulces y dan
            tanto miedo y dan tanta pena y mueren
            tan mal y dan la vida tan bien
y se parecen tanto a ése que se llama como yo
que tiene mi misma cara
ahora después de salir por la boca
todo el resto necesario
mientras me voy a la ventana
y resulta ser el espejo que tanto busqué
sólo que está lleno de porquería.