Poetas Hazversos

Un blog
para los amigos de la poesía
que nos reunimos
en torno a los poetas de la colección
"Hazversidades poéticas"

(Café Comercial, Glorieta de Bilbao, el último martes de cada mes a las 20:00)

viernes, 9 de abril de 2010

El don de los que dan

El don de los que dan. Ese don misterioso que sólo algunos, muy pocos tienen. El don de los que dan. El don de los que se dan. Sin hipotecas, sin ahorrarse de sí mismos jamás. El don de los que se derraman con el entusiasmo de quien no mide la cuerda antes de hacer puenting, porque sabe que lo importante es volar, no haber volado. El don de los que viven sin coraza aunque la tengan, como todos, pero la guardan en el armario ropero de los vestidos naftalinados que ya no se ponen nunca. El don de los que atesoran apenas para repartir sin contar el número de los menesterosos de emoción que en la cola piden su limosna absolutoria.
El don de Rafael Soler entregando gentil su propia poesía, no para el eco que el vanidoso precisa para saberse vivo, sino regalada a todos y cualquiera. El don de Rafael Soler, don ganado a pulso por él mismo, no encontrado en las migajas de algún dios perezoso o descuidado. El don de Rafael Soler otorgado sin merecerlo a cuantos ayer quedamos en el Libertad 8 con el desconcierto infinito del niño la mañana del día de Reyes, cuando la magia imposible ha convertido el amor secreto de los padres en regalos imperecederos no en su materia sino en la emoción que causan para siempre en los ojos del que cree.
¡Gracias, Twin!

8 comentarios:

  1. ¿Don o duende?
    Excelente recital y excelente poeta el amigo Rafael.
    Un saludo.

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  2. Jaime:
    El silencio significa dos cosas, tan contrarias como ciertas, tan osadas como apocadas. Ayer sentí ambas; respeto ante el grande (y no lo digo por su físico, que también) y prudencia, mucha prudencia porque me sentía como el adolescente de primera fila en concierto y... ¡no era cuestión!
    Visceral que es uno.
    Como con Gracia, como con Daudet, como con Soler.
    GRACIAS.

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  3. Yo estuve allí. Lo digo hoy, sabiendo que lo repetiré muchas veces, durante mucho tiempo. Yo estuve allí. Lo digo del recital de Rafael Soler, y del de Enrique Gracia, y del de Elvira Daudet en espíritu e intención, aunque mi cuerpo anduviera de viaje. Lo diré de todos los recitales que vengan de esta maravillosa experiencia transformadora que es Hazversidades poéticas. Ayer me conmovió recibir el don de Rafael. Su voz, sus poemas, su emoción, sus abrazos, las expresiones de afecto y aliento que tal vez él no imagine cuánto significan para mí. De novelista a novelista. Gracias, Jaime, una vez más, por ofrecernos a todos este espacio de libertad. Y gracias, Rafael, amigazo.

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  4. Querido Jaime:
    Nuevamente me congratulo de haber estado y te felicito a ti y a tan grande poeta como lo es Rafael Soler, por su poesia diferente y por su voz grave, con las pausas precisas, con la entonación grave y justa, colocado en corcheas que saben bailar, porque sus notas forman parte de un fotograma que sumado a los otros conforman una creación única.
    Te doy mi palabra que volveremos a estar allí, donde merezca la pena estar. !Enhorabuena a los dos!

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  5. Mudo estoy aún, hermanos, hermanas, mientras, durante y después del espectáculo que presencié en directo en el púlpito de esa catedral que es Libertad 8. MUDO, repito, y SORDO. Por lo menos semana y media incapaz de escuchar verso alguno. Despoblada mi sesera de adjetivos, incapaz de alcanzar la unidad mínima de palabra expresiva para poder calificar semejante evento (ríanse ustedes de la niñería del Madrid-Barcelona del sábado).
    La Hazversidadmanía la inauguró el Maestro Enrique... luego vino la Princesa Elvira... ayer remató faena el Diestro Soler. Seís toros seís. Doce orejas, vermut y rabo. Improcedente la procedencia de la ganadería (todo el ganado que estábamos allí era de Primera). Imprescindible seguro médico para acudir a citas semejantes (propongo). Corazones habrá que no logren superar la aventura.
    Bravo por el inmenso territorio de poeta que habita en el inmenso territorio de hombre (tres mil pies de altura, da igual según se mire), poblada cabellera cana (envidia del excelentísimo señor EDITOR, y mía, entre otros calvíclaros). ¡BRAVO! Bravo es el único vocablo que escapa de la abducción. No creo que pase el control de calidad como Adjetivo. ¡Va!, tampoco lo va a pasar "COJONUDO"... ¡pero ya lo he dicho! Tal vez el comentario de mañana venga más sobrio y literario. Hoy me quedo más conforme con la sonoridad del taco... y con el poso mágico de esa lluvia de poemas sorprendentes.

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  6. Como siempre, emotivo, especial, magnífico. Y ya vamos por tres.
    Olvidé decite una cosa, Jaime: tus presentaciones son antológicas y deberías publicarlas. En la misma colección a ser posible. Las cosas, como son.

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  7. Jaime:
    Zúñiga tiene toda la razón. Reales y divertidas. Dejas la tapita sobre la mesa para que la cena llegue desde el mismo horno.

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  8. A veces me ocurre en un concierto de jazz de cada diez, que siento el ritmo del pianista mientras aún avanza por el escenario, entre los aplausos de bienvenida, hacia la banqueta del acusado o del testigo, cuando se sienta en ella, cuando deja caer las manos a ambos lados o las posa una última vez sobre las rodillas antes de comenzar a tocar: en su enorme silencio contenido, en su caudal de tensión anunciando ya verdades que nadie podrá olvidar nunca.
    Así te vi llegar a ti, subir al estrado, callar, mirar todo cuanto rodearte te rodeaba, asir figuras inmortales en la fugacidad del aire y las lámparas. Así en mi también la expectación de tu figura cada vez más sólida, como asegurándose el espacio de un reino efímero y necesario, haciendo de ti tu propio héroe , preparando tu alma para la tormenta, sabiendo que nada sale de allí intacto, firmando por anticipado por el precio de la osadía.
    Así después: tocado y herido por el fuego de los dioses, con parte de su brillo y el temblor humano del que ha confesado lo inconfesable.
    Así yo también durante y después de la inevitable travesía conjunta, durante y después del atrevimiento y el atravesamiento de ese espacio insólito que deja perplejo incluso al que es capaz de definir su topología.

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