Ayer recomenzamos nuestras Hazversidades tras el paréntesis de agosto. Y con llenazo más allá de la bandera, como era de prever siendo la protagonista nuestra gran poeta Carmina Casala.
En el Libertad 8 todo (salvo el catarracísimo de Jaime Alejandre) desprendía suavemente la exhalación feliz de los reencuentros. Y además reinaba entre los asistentes una atmósfera de irreprochable belleza. Carmina Casala al frente de esa hermosura, radiante, provocando la serena atracción que sólo haber vivido conscientemente pone en la epidermis de algunos hombres y mujeres, y que seguramente si alguien supo alguna vez perpetuarla en imagen fue Piero della Francesca.
Pero no sólo Carmina iluminaba el Libertad 8... Véanse los fulgores de los oceánicos ojos de Lucía en una de las fotos; u otras maravillas no fotografiadas como Antonio, flamígero en el vencimiento de la enfermedad; o Romina con esa radiante juventud suya que de vital duele sin doler y destella sin cegar; o una imagen que sí pude captar con la cámara pero que, egoísta sin sonrojos, me guardo sólo para mí, la de una Elvira Daudet inalcanzable para los meramente humanos, esa Elvira que es y no es de este mundo de mortales; o Valentín, herido por el oleaje del desamor que inevitablemente traen los años y sin embargo siendo faro para la navegación de los que gracias a él siempre encontramos entre las sombras una senda por la que disfrutar del canto de las Sirenas sin caer en sus engaños, los de la fugacidad...
La portentosa voz de Carmina recitando sus estremecedores poemas fue el contrapunto indispensable para convertir la velada en otro de los mágicos momentos Hazvérsicos de este año milagroso.
Ayer se citó a Romain Gary, que dijo “todo hombre se sueña y se busca, y sólo se encuentra para constatar su propia ausencia”. Cierto es, pero también que cuando algunos de esos hombres y mujeres recalamos bajo la poesía de los Hazversos del Libertad 8, lo que constatamos es que hay una comunión de iguales entre cuantos no sentimos la ausencia sino la solidaria compañía de los que braceamos contra lo que no vale la pena.
III
Morir, morir,
ignorar el principio y renegar de sus leyes.
El corazón, atado, partiendo a ningún sitio.
Morir, mujer,
para siempre fragata apuntando imposibles,
huella de sal, estatua a la deriva.
Solamente la lluvia fecundó tus cristales
y ahora dices morir después de la tormenta.
Era mejor la tregua, pero no lo supiste
hasta aquel estertor incrustado en tu vientre,
hasta aquella sed larga que invalidó tu boca.
Morir, morir. Penetrar los balcones,
los cómplices inútiles,
los desiertos de siempre fijándose a tus huesos.
Eran sueños, mujer, pretérito imperfecto
para sumarle pasos a la hierba.
Sin embargo, morir es plenitud redonda
que resuelve horizontes,
que quiebra la tangente de tus alas
donde el árbol no pudo entroncar con la vida.
(De Ahora que las algas agonizan)
En el Libertad 8 todo (salvo el catarracísimo de Jaime Alejandre) desprendía suavemente la exhalación feliz de los reencuentros. Y además reinaba entre los asistentes una atmósfera de irreprochable belleza. Carmina Casala al frente de esa hermosura, radiante, provocando la serena atracción que sólo haber vivido conscientemente pone en la epidermis de algunos hombres y mujeres, y que seguramente si alguien supo alguna vez perpetuarla en imagen fue Piero della Francesca.
Pero no sólo Carmina iluminaba el Libertad 8... Véanse los fulgores de los oceánicos ojos de Lucía en una de las fotos; u otras maravillas no fotografiadas como Antonio, flamígero en el vencimiento de la enfermedad; o Romina con esa radiante juventud suya que de vital duele sin doler y destella sin cegar; o una imagen que sí pude captar con la cámara pero que, egoísta sin sonrojos, me guardo sólo para mí, la de una Elvira Daudet inalcanzable para los meramente humanos, esa Elvira que es y no es de este mundo de mortales; o Valentín, herido por el oleaje del desamor que inevitablemente traen los años y sin embargo siendo faro para la navegación de los que gracias a él siempre encontramos entre las sombras una senda por la que disfrutar del canto de las Sirenas sin caer en sus engaños, los de la fugacidad...
La portentosa voz de Carmina recitando sus estremecedores poemas fue el contrapunto indispensable para convertir la velada en otro de los mágicos momentos Hazvérsicos de este año milagroso.
Ayer se citó a Romain Gary, que dijo “todo hombre se sueña y se busca, y sólo se encuentra para constatar su propia ausencia”. Cierto es, pero también que cuando algunos de esos hombres y mujeres recalamos bajo la poesía de los Hazversos del Libertad 8, lo que constatamos es que hay una comunión de iguales entre cuantos no sentimos la ausencia sino la solidaria compañía de los que braceamos contra lo que no vale la pena.
III
Morir, morir,
ignorar el principio y renegar de sus leyes.
El corazón, atado, partiendo a ningún sitio.
Morir, mujer,
para siempre fragata apuntando imposibles,
huella de sal, estatua a la deriva.
Solamente la lluvia fecundó tus cristales
y ahora dices morir después de la tormenta.
Era mejor la tregua, pero no lo supiste
hasta aquel estertor incrustado en tu vientre,
hasta aquella sed larga que invalidó tu boca.
Morir, morir. Penetrar los balcones,
los cómplices inútiles,
los desiertos de siempre fijándose a tus huesos.
Eran sueños, mujer, pretérito imperfecto
para sumarle pasos a la hierba.
Sin embargo, morir es plenitud redonda
que resuelve horizontes,
que quiebra la tangente de tus alas
donde el árbol no pudo entroncar con la vida.
(De Ahora que las algas agonizan)
Esta mañana he dejado comentario en tu entrada anterior, magistral como todas.
ResponderEliminarGustoso me repito amigo Jaime porque ¡lo que é, é!
Disfruté, disfruté y... disfruté.
Grande Carmina.
¡Felicidades!
Incluso más hermoso y fantástico que presenciar a la escuadra nacional ganando la Copa del Mundo (Vicente del Bosque). Incluso mejor que una docena de Duffis en el bar de Moe (Homer Simpson). En dos palabras: Im presionante (Jesulín de U'brique).
ResponderEliminarAl igual que los egregios ochos anteriores, superadas con matrícula todas las posibles espectativas, quedará en nuestras retinas y en las válvulas mitrales de nuestro jodido corazón el 8S grabao a lava y a labios; a partir de ya será considerado fecha en rojo en el calendario islámico y en el mariano (y cuando digo mariano no me estoy refiriendo a ese... sino a lo otro, so bichos).
Un nueve y medio a esa sublime Princesa de Oriente nacida en La Mancha (besos,besos,y besos... otro nueve y medio a la sublime concurrencia (dificilmente superable)... y un nueve y medio final pa ese foragido capitán, sublime escapista almeriense, que redacta las presentaciones como un ángel (os coloco un 9,5 en la tabla porque sólo Alá es perfecto, que conste en acta).
Hasta la cita siguiente, hermanos.
Muchísimas gracias a todos los que me acompañastéis en la lectura del día 8. Fuisteis vosotros con vuestra presencia y actitud quienes creasteis ese ambiente íntimo y cercano que requiere la poesía. Os lo agradezco de todo corazón. Carmina Casala
ResponderEliminarMe lo perdí!!!! Qué disgusto. Asturias está tan lejos. Pero me acordé, todo el día me acordé.
ResponderEliminarEnhorabuena a Carmina y al jefe Jaime