Ayer en el Libertad 8 pusimos punto y coma a las presentaciones individuales de los Poetas Hazversos de este 2010. Aún el próximo mes (el 16 de diciembre a las 21:00) presentaremos el libro Poetas Hazversos (Crisol 2010) que a modo de antología recoge una amplia selección de la obra de todas las épocas literarias de nuestros Hazversos de este año: Enrique, Elvira, Rafael, Carlos, José, Julio, Carmina, Julieta y Simón.
Y ya las presentaciones y publicaciones individuales de nuevos Poetas Hazversos se recomenzarán en el 2011, el 8 de enero con Maria Antonia Ortega, el 8 de febrero con Rafael Borge, el 8 de marzo con Maxi Rey... y los meses siguientes aún se unirán a la Tripulación de Hazversos Luis Eduardo Aute, Emilio Porta...
Pero ayer, como digo, cerrábamos (dejando entreabierta siempre la puerta de la poesía) las presentaciones del 2010 con un colofón digno de ser recordado muy especialmente por el silencio. No sólo porque Simón Arriaga haya vivido editorialmente demasiado tiempo en él, en el silencio; ni porque su propia poética tenga una importante relación con los (pocos buenos) poetas denominados del Silencio; sino porque nada más empezar a recitar Simón sus poemas se produjo un silencio sepulcral en el Ocho, ese silencio inquebrantable de la estupefacción que sólo se descubre haciendo apnea en el fondo de un océano.
Decir que Simón “recitó” sus poemas es una simplificación bochornosa. Simón ayer nos relató un viaje fantástico (en todas las acepciones de la palabra fantástico) que recorría paisajes, músicas, personajes, sueños, deseos... Con él entramos en la circular ciudad del volcán, arribamos a las islas del mar de los Sargazos, perseguimos un Oriente inalcanzable que siempre promete tras el que creemos su último horizonte otro horizonte, otro Oriente más lejano...Con Simón transitamos la emoción de Keith Jarret, de Stephan Micus, de Eberhard Weber, de Eleni Karindrou...
Disuelta al final la voz de Simón en el silencio de las almas compungidas de los que lo escuchábamos, poco a poco algunos se atrevían a salir del estremecimiento preguntándose cuánto de verdad y cuánto de ensoñación había en lo que nos había relatado Simón. Esa misma interrogación que muchos se hicieron un día tras leer “Seda” de Baricco y no han conseguido contestarse después de cada una de las obras del extraordinario escritor italiano.
Recuperados del estupor de la revelación de Simón, algunos tertulianos del Libertad 8 entonces se atrevieron a reconocer, no siempre con palabras, que no sólo habían quedado fascinados por el Viaje y los poemas de Simón Arriaga, sino que inevitablemente habían quedado enamorados (ad litere) por la voz de nuestro Poeta Hazverso de ayer que puso unos insuperables puntos suspensivos en nuestros corazones...
Recordad:
En la niebla se encuentra el mundo:
no detrás
no dentro:
en la niebla.
Y ya las presentaciones y publicaciones individuales de nuevos Poetas Hazversos se recomenzarán en el 2011, el 8 de enero con Maria Antonia Ortega, el 8 de febrero con Rafael Borge, el 8 de marzo con Maxi Rey... y los meses siguientes aún se unirán a la Tripulación de Hazversos Luis Eduardo Aute, Emilio Porta...
Pero ayer, como digo, cerrábamos (dejando entreabierta siempre la puerta de la poesía) las presentaciones del 2010 con un colofón digno de ser recordado muy especialmente por el silencio. No sólo porque Simón Arriaga haya vivido editorialmente demasiado tiempo en él, en el silencio; ni porque su propia poética tenga una importante relación con los (pocos buenos) poetas denominados del Silencio; sino porque nada más empezar a recitar Simón sus poemas se produjo un silencio sepulcral en el Ocho, ese silencio inquebrantable de la estupefacción que sólo se descubre haciendo apnea en el fondo de un océano.
Decir que Simón “recitó” sus poemas es una simplificación bochornosa. Simón ayer nos relató un viaje fantástico (en todas las acepciones de la palabra fantástico) que recorría paisajes, músicas, personajes, sueños, deseos... Con él entramos en la circular ciudad del volcán, arribamos a las islas del mar de los Sargazos, perseguimos un Oriente inalcanzable que siempre promete tras el que creemos su último horizonte otro horizonte, otro Oriente más lejano...Con Simón transitamos la emoción de Keith Jarret, de Stephan Micus, de Eberhard Weber, de Eleni Karindrou...
Disuelta al final la voz de Simón en el silencio de las almas compungidas de los que lo escuchábamos, poco a poco algunos se atrevían a salir del estremecimiento preguntándose cuánto de verdad y cuánto de ensoñación había en lo que nos había relatado Simón. Esa misma interrogación que muchos se hicieron un día tras leer “Seda” de Baricco y no han conseguido contestarse después de cada una de las obras del extraordinario escritor italiano.
Recuperados del estupor de la revelación de Simón, algunos tertulianos del Libertad 8 entonces se atrevieron a reconocer, no siempre con palabras, que no sólo habían quedado fascinados por el Viaje y los poemas de Simón Arriaga, sino que inevitablemente habían quedado enamorados (ad litere) por la voz de nuestro Poeta Hazverso de ayer que puso unos insuperables puntos suspensivos en nuestros corazones...
Recordad:
En la niebla se encuentra el mundo:
no detrás
no dentro:
en la niebla.
(Del libro "Simón Arriaga", Hazversidades Poéticas, 2010)
(Fotografías del recital, © Jaime Alejandre, 2010. Otras fotografías © Lía Yichún Alejandre, 2009)
Con la voz de Simón aún susurrándonos, se podría hacer un largo viaje sólo con eso en la mochila, mi enhorabuena por el fantástico viaje/recital y mis felicitaciones también a la fotógrafa, por esa mirada curiosa que sí es el más ligero de los equipajes. "Lo que busco, en todas partes, es estar atento la vida", H.Cartier-Bresson
ResponderEliminarFue, literalmente hablando, irrepetible. Un enjambre "himnótico" (que diría algún alumno mío) de versos y vivencias. Todo un itinerario. Y asegura él que improvisó...
ResponderEliminarTodo un viaje. ¡Perfecto!
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