Es Luis Alberto de Cuenca uno de los poetas más queridos y
respetados en España por unas y otras tendencias, por afines y confines, por
lectores, críticos e investigadores, amos y amas de sus casas, premios nóbeles
y charcuteros. En la lírica contemporánea, instalada en un penoso campo de
batalla fratricida, Luis Alberto de Cuenca se ha convertido en un hacedor de
concordias que erige con humilde grandeza su visión épica de la vida, la de uno
mismo, que es mera biografía, y la vida de todos, eso que llamamos historia. Y
tenemos la fortuna de contar con su proverbial bonhomía en las Hazversidades
Poéticas el próximo martes 28 a las 20:00 horas en nuestro Café Comercial… no
faltéis.
En esta hora dudosa en que el cuerpo que usurpo
no me basta, y los dioses no acuden al rescate,
y el Sur no me
consuela, y el Norte no me salva,
pienso en ti, dulce amigo, y, pensándote, vuelve
a encenderse una llama de esperanza en mi espíritu…
(Fragmento
del poema “Julio Martínez Mezanza”, de “El otro sueño”, 1987)
Amour Fou
Los reyes se enamoran de sus hijas más jóvenes,
Lo deciden un día, mientras los cortesanos
discuten sobre el rito de alguna ceremonia
que se olvidó y que debe regresar del olvido.
Los reyes se enamoran de sus hijas, las aman
con látigos de hielo, posesivos, feroces,
obscenos y terribles, agonizantes, locos.
Para que nadie pueda desposarlas, plantean
enigmas insolubles a cuantos pretendientes
aspiran a la mano de las princesas. Nunca
se vieron tantos príncipes degollados en vano.
Los reyes se aniquilan con sus hijas más jóvenes,
se rompen, se destrozan cada noche en la cama.
De día, ellas se alejan en las naves del sueño
y ellos dictan las leyes, solemnes y sombríos.
(De “La
caja de plata”, 1985)
(Fotografía de Internet en abc.es)
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