Además María Antonia ocupa un lugar muy precioso y querido de mi corazón porque nos conocimos hace casi veinte años en un taller en el Círculo de Bellas Artes con apenas media docena más de escritores. Aquel taller “de Alta Imaginación” lo daba el Maestro Rafael Pérez Estrada, cuya ausencia tanto dolor aún me causa.
Allí escuché por primera vez los versos de María Antonia, recitados con esa especie de lasitud contundente con que las cosas más tremendas se nos pueden meter por los entresijos del alma sin que aparentemente nos demos cuenta para infectarnos de emoción eternamente. Una paloma acompañaba a María Antonia danzando y seduciéndonos, entrelazándose con nuestras manos como haciendo un nudo invisible del que, Deo gratias, ya jamás me he podido desatar...
ESTRELLAS
Error de cálculo o precisión matemática, nuestras vidas fueron una hoguera sin consumirse.
Fugaces nos salimos de la órbita.
Aunque hayamos sido provocados como incendios jamás destruiremos los sembrados.
Además, en la próxima vida seremos sofocados por el agua y gozaremos de las tardes apacibles.
Conoced el dolor de las estrellas: ser más bellas cuanto más lejanas.
(Del libro “Descenso del cielo”, Ed. Torremozas, 1991)
“... cuando la llama se enciende
con nuestro fósforo gastado
sólo puede iluminarse a sí misma,
pero su luz esconde
todo cuanto dentro de ella se incendia.
Así es la vida humana,
pero el poeta mira dentro de las llamas...”
(Fragmento del poema I del libro “Poema alemán”, Aristas del Cobre, 2003)
“El que así sufre
es como el borracho
que dice siempre la verdad”
(Versos introductorios al libro “El espía de dios”, Ed. Libertarias, 1994)
Nos vemos el 8 de marzo, jaime alejandre
(Fotografía © Lía Yichun Alejandre)
Nos vemos el 8 de marzo, jaime alejandre
(Fotografía © Lía Yichun Alejandre)
Buenos poemas, voto a tal. No sé si me lo pederé esta vez, pero ya sabes: ¡¡¡Quiero mi libro!!!
ResponderEliminarJaime, como es costumre, allí estaremos.
ResponderEliminarNo sé de qué va esto pero me cautiva la poesía de María Antonia; y esa curiosisima "lasitud contundente" a la que te refieres, que te embriaga desde la primera nota de su voz.
ResponderEliminarManuel J. Nilosé.
el poeta mira dentro de las llamas, a veces el poeta es la llama, a veces es dios ardiendo en la palabra, y sin la palabra, ardiendo sin más
ResponderEliminarComo siempre que leo uno de tus anticipos, la envidia me corroe... a ver si para el siguiente lo cuadro. Disfrutadlo.
ResponderEliminarUn beso.
Ah, que me gusta la foto, mucho.
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